El Atlético asesta un duro golpe a su hermano mayor

Fernando Llorente llora tras perder en la final
de la Europa League frente al Atlético de Madrid

El Atlético de Madrid salió como justo vencedor del duelo fratricida de anoche. El equipo del Vicente Calderón fue coronado como campeón de la UEFA Europa League ante un Athletic, que independientemente de su invisibilidad sobre el terreno de juego, estuvo enorme en su derrota permaneciendo sobre el césped en todo momento mientras el club colchonero festejaba su segunda Europa League en tan solo tres años.

Una aficionada del Athletic llora en Bucarest
tras ver caer derrotado a su equipo en la histórica final

Los jugadores de Bielsa eran perfectamente conscientes de su mal juego desplegado ayer en Bucarest y tras el pitido final demostraron  por qué el Athletic es uno de los equipos más jóvenes de la Liga BBVA. No había nadie que consiguiera consolar a ese grupo de chavales que, ante los ojos de los valientes que habían viajado a Rumanía para llevar en volandas al equipo, veían como se les había escapado una oportunidad  y un sueño del cual no habían podido disfrutar desde hacía 35 años. 


Ayer el Athletic vio reflejada en el Nacional de Bucarest una enorme jaula de la tortura custodiada por un tigre colombiano. Los jugadores saltaron al campo con un miedo inexplicable y sin creer para nada en sus posibilidades. El juego al que nos tenían acostumbrados brilló por su ausencia. Las pocas jugadas elaboradas acababan en tiros por encima del larguero fruto de la desesperación. El juego aéreo de Llorente nunca apareció. La conexión Herrera-Muniain fue continuamente cortada por los jugadores del Atlético. El Athletic tuvo que remar con el resultado en contra desde el primer zarpazo del tigre Falcao en el minuto 7 de partido. El colombiano hizo suya la final cuando en el minuto 34 hirió de gravedad al conjunto bilbaíno con otro golazo, ayudado en parte por la desorientación defensiva de los de San Mamés. Diego fue quien en el minuto 85 acabó sacrificando al león. Simeone había derrocado a su maestro.


La afición en Bucarest enmudeció. En San Mamés por una vez reinó el silencio y no el león. La incredulidad ante la desaparición del equipo en el partido dio paso a la más profunda decepción. Pero la afición del Athletic nunca ha abandonado a los suyos y ayer se demostró que nunca lo hará. Los seguidores rojiblancos no pueden dar la espalda a un grupo de cachorros que tantas buenas noches de fútbol y garra les han brindado esta temporada en la UEFA Europa League. Con noches como las de Old Trafford y Gelsenkirchen ningún aficionado puede arremeter contra el equipo. Los valientes de Bucarest observaron como su equipo se desmoronaba al saber que había fallado a su mayor pilar. Como esos Llorente, Javi Martínez, Susaeta, Muniain, Ander... demostraban a muchos qué significa sentir unos colores y que ellos sí sienten el Athletic. 

Fernando Llorente consuela al pequeño Muniain

De los errores se aprende y para el Athletic los exámenes de septiembre se adelantan al próximo 25 de mayo en la casa del que ha sido su verdugo en Europa. El Athletic debe levantarse de esta dura caída desde la cima para poder mirar al Barça a los ojos en la final de copa. Toda la afición de La Catedral espera ver ese día al mejor Athletic, a ese Athletic 100% ofensivo y pleno en confianza. Los rojiblancos quieren su premio y pueden conseguirlo siempre que logren doblegar a un FC. Barcelona que querrá dedicarle el triunfo a Pep, a Puyol y, por supuesto, a toda la afición blaugrana sedienta de títulos esta temporada.




Texto: elaboración propia - Marca.com